Introducción

México es una nación con una rica historia, cultura y diversidad. Su origen se remonta a las civilizaciones prehispánicas que florecieron en el territorio antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, su identidad como país independiente se forjó a través de un largo y sangriento proceso de lucha contra el colonialismo.

Uno de los protagonistas más destacados de este proceso fue Miguel Hidalgo y Costilla, considerado el Padre de la Patria y el iniciador de la guerra de Independencia. Su vida y su obra marcaron un hito en la historia de México y de América Latina, al encender la llama de la libertad y la justicia en un pueblo oprimido.

En este post, te invitamos a conocer más sobre este personaje histórico, sus antecedentes, sus motivaciones, sus acciones y su legado. También te mostraremos algunas imágenes que ilustran su vida y su época.

¿Quién fue Miguel Hidalgo?

Miguel Hidalgo y Costilla nació el 8 de mayo de 1753 en la hacienda de Corralejo, en el actual estado de Guanajuato. Fue el segundo hijo de Cristóbal Hidalgo y Ana María Costilla, ambos criollos (es decir, descendientes de españoles nacidos en América).

Desde pequeño mostró una gran inteligencia y curiosidad por el conocimiento. Estudió en el Colegio de San Nicolás Obispo, en Valladolid (hoy Morelia), donde se graduó como bachiller en artes en 1770. Luego ingresó al Colegio de San Francisco Javier, en la ciudad de México, donde se ordenó como sacerdote en 1778.

Durante su carrera eclesiástica, ocupó diversos cargos como profesor, rector, párroco y visitador. Se destacó por su erudición y su dominio de varias lenguas, entre ellas el latín, el francés, el italiano y el náhuatl. También se interesó por las ciencias naturales, la economía, la política y la filosofía.

Fue influenciado por las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, que cuestionaban el absolutismo monárquico y proponían los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Asimismo, fue sensible a las condiciones de pobreza y explotación que sufrían los indígenas y los mestizos bajo el sistema colonial.

¿Cómo inició la Independencia?

En 1803, Miguel Hidalgo fue nombrado párroco del pueblo de Dolores, en Guanajuato. Allí se dedicó a mejorar la vida de sus feligreses, enseñándoles oficios como la apicultura, la viticultura y la seda. También fomentó la cultura y las artes, estableciendo una biblioteca, un taller de cerámica y una orquesta.

Pero su labor pastoral no le impidió involucrarse en la política. Desde 1808, formó parte de una conspiración que buscaba derrocar al gobierno virreinal e instaurar una junta soberana que representara los intereses de los criollos. Esta conspiración se gestó en varias ciudades del centro del país, como Querétaro, Valladolid y San Miguel el Grande.

Sin embargo, el plan fue descubierto por las autoridades españolas en septiembre de 1810. Ante el riesgo de ser capturado, Miguel Hidalgo decidió adelantar el levantamiento armado. En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, convocó a sus feligreses a misa y les dio un emotivo discurso que pasó a la historia como el Grito de Dolores.

En su arenga, Hidalgo llamó al pueblo a rebelarse contra el mal gobierno y a defender la religión católica. Con un estandarte de la Virgen de Guadalupe como insignia, reunió a una multitud de campesinos armados con palos, piedras y machetes. Así comenzó la guerra de Independencia.

¿Qué hizo durante la guerra?

Miguel Hidalgo encabezó una campaña militar que logró tomar importantes ciudades como Guanajuato, Valladolid y Guadalajara. Su ejército, compuesto por miles de insurgentes, se enfrentó a las tropas realistas, que contaban con mejor armamento y disciplina.

Durante su paso por Guanajuato, Hidalgo ordenó el asalto a la Alhóndiga de Granaditas, una fortaleza donde se refugiaban los españoles. Allí murió el héroe popular Juan José de los Reyes Martínez, mejor conocido como el Pípila, quien se inmoló al incendiar la puerta del edificio.

En Valladolid, Hidalgo promulgó un decreto que abolía la esclavitud y los tributos que pagaban los indígenas. En Guadalajara, estableció un gobierno provisional y dictó varias leyes que buscaban mejorar la educación, la agricultura y la industria. También publicó el primer periódico insurgente, llamado El Despertador Americano.

Sin embargo, su avance se vio detenido en la batalla de Puente de Calderón, el 17 de enero de 1811, donde fue derrotado por el general Félix María Calleja. Hidalgo decidió entonces dirigirse al norte del país, con la esperanza de obtener apoyo de Estados Unidos.

Pero su viaje fue truncado en Acatita de Baján, Coahuila, donde fue traicionado y capturado por Ignacio Elizondo, un coronel que se había infiltrado en sus filas. Junto con otros líderes insurgentes, como Ignacio Allende y Juan Aldama, fue trasladado a Chihuahua, donde fue sometido a un juicio sumario.

¿Cómo murió y qué legado dejó?

Miguel Hidalgo fue condenado a muerte por herejía y sedición. Fue despojado de sus hábitos sacerdotales y fusilado el 30 de julio de 1811 en la plaza de Chihuahua. Su cabeza fue cortada y enviada a Guanajuato, donde fue exhibida en una jaula en la Alhóndiga de Granaditas como escarmiento para los rebeldes.

Su cuerpo fue sepultado en la capilla del Colegio de San Francisco, donde permaneció hasta 1824, cuando fue trasladado a la ciudad de México junto con los restos de otros héroes de la Independencia. Actualmente, sus restos reposan en la Columna de la Independencia, conocida como el Ángel de la Independencia.

Miguel Hidalgo es recordado como el Padre de la Patria y el iniciador de la Independencia. Su figura ha sido representada en numerosas obras de arte, literatura y cine. Su nombre ha sido honrado con monumentos, calles, escuelas y ciudades. Su imagen aparece en el billete de 1,000 pesos.

Su legado es inspirador para todos los mexicanos que valoran la libertad, la justicia y la soberanía. Su ejemplo nos invita a seguir luchando por un país más justo, más democrático y más solidario.

El equipo de Anabasis Project.