El origen y la evolución de la música en la prehistoria: desde la voz y la percusión hasta los instrumentos de metal
La música es una forma de arte y de comunicación que acompaña al ser humano desde tiempos remotos. Pero, ¿cómo surgió la música? ¿Qué evidencias tenemos de la actividad musical de nuestros antepasados prehistóricos? En este artículo, vamos a explorar el origen y la evolución de la música en la prehistoria, basándonos en los hallazgos arqueológicos, las comparaciones etnológicas y los estudios cognitivos.
La voz y la percusión: los primeros instrumentos musicales
El origen exacto de la música en la prehistoria es desconocido, pero podemos inferir que todo debió comenzar con elementos que estuviesen al alcance de las personas de la época. El primero y más evidente de ellos es la voz humana, que permite producir sonidos variados, desde el habla hasta el canto, pasando por el grito, el susurro, el silbido y el tarareo. La voz humana es un instrumento musical natural, que se puede modular y afinar, y que expresa emociones y sentimientos.
Otro elemento que debió ser utilizado desde el principio es la percusión, es decir, el golpeo de objetos o partes del cuerpo para producir ritmos y sonidos. La percusión es la base de la música, ya que marca el tiempo, el compás y el acento. La percusión se puede realizar con las manos, los pies, la boca, los dientes, los huesos, las piedras, las ramas, las conchas, los cuernos, las calabazas y otros elementos del entorno. La percusión también tiene una función comunicativa, ya que puede transmitir mensajes a distancia o señalar eventos importantes.
La voz y la percusión debieron ser los primeros instrumentos musicales utilizados por el humano prehistórico, y se empleaban para acompañar actividades como la caza, la guerra, los rituales, las fiestas y las danzas. La música se asociaba con la vida y la naturaleza, y el silencio con la muerte.
Los instrumentos de viento: las primeras flautas prehistóricas
Además de la voz y la percusión, el humano prehistórico también desarrolló instrumentos de viento, que producen sonidos al soplar o al hacer vibrar el aire en una cavidad. Los instrumentos de viento más antiguos que se han encontrado son las flautas, que consisten en tubos con orificios que se pueden tapar o destapar para variar la altura del sonido.
Las flautas prehistóricas se fabricaban con huesos de animales, como el cisne, el buitre, el mamut o el oso de las cavernas. Se han hallado flautas de hueso en diversos yacimientos arqueológicos de Europa y Asia, que datan de entre 43000 y 36000 años de antigüedad. Estas flautas son las evidencias más antiguas de instrumentos musicales, y se atribuyen al Homo sapiens, aunque algunos investigadores sugieren que también podrían haber sido usadas por el Homo neanderthalensis.
Las flautas prehistóricas tenían entre dos y cuatro orificios, y podían producir entre tres y ocho notas diferentes. Se cree que se usaban para imitar los sonidos de la naturaleza, como el canto de los pájaros, el aullido de los lobos o el rugido de los leones. También se piensa que servían para expresar emociones, para atraer a la pareja, para comunicarse con los espíritus o para crear ambientes mágicos.
La música en la Edad de los Metales: la diversificación de los instrumentos musicales
Con la llegada de la Edad de los Metales, el humano prehistórico empezó a utilizar nuevos materiales para fabricar instrumentos musicales, como el cobre, el bronce, el hierro y el oro. Estos metales permitieron crear instrumentos más resistentes, sonoros y decorados, que reflejaban el avance tecnológico y cultural de las sociedades de la época.
Entre los instrumentos de metal que se han encontrado, destacan los siguientes:
Los tambores, que consisten en membranas tensadas sobre recipientes metálicos, que se golpean con las manos o con baquetas. Los tambores se usaban para marcar el ritmo, para acompañar las danzas y para anunciar eventos.
Las trompetas, que son tubos metálicos alargados, que se soplan por un extremo y que producen sonidos graves y potentes. Las trompetas se usaban para comunicarse a larga distancia, para señalar órdenes militares y para intimidar a los enemigos.
Los címbalos, que son discos metálicos planos, que se golpean entre sí o con un martillo, y que producen sonidos agudos y estridentes. Los címbalos se usaban para crear efectos sonoros, para llamar la atención y para participar en rituales religiosos.
Las campanas, que son recipientes metálicos huecos, que tienen un badajo en su interior, y que producen sonidos al ser agitados o golpeados. Las campanas se usaban para marcar el tiempo, para avisar de acontecimientos y para invocar a las divinidades.
Conclusión
La música es una manifestación artística y cultural que tiene sus orígenes en la prehistoria. El humano prehistórico utilizó la voz, la percusión y los instrumentos de viento y de metal para crear sonidos y melodías que expresaban sus emociones, sus creencias y sus necesidades. La música prehistórica es el testimonio de la creatividad y la comunicación de nuestros antepasados, y el punto de partida de la rica y variada historia de la música.
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